A la memoria de Paco de Lucía

A la memoria de Paco de Lucía,

que con su música tantos destinos cambió,

y seguirá cambiando para siempre,

haciéndonos sentir el confín de la vida,

donde ya más no alcanza.

 

Con esta dedicatoria empieza «Ritmo y compás», el audiolibro de análisis musical del Flamenco. Sin duda, Paco de Lucía es el origen de mi afición a la guitarra flamenca, luego al cante y al arte flamenco en general. Mis primeros impactos vinieron en vinilo, desde la feliz ignorancia que nos permite oír sólo con el corazón, escuchando entre absorto y magnetizado ese caudal sonoro de belleza apabullante y embriagadora. En la música de Paco de Lucía ocurría -ocurre- lo inefable, la conmoción del alma más allá del medio (la guitarra) y del lenguaje (el Flamenco). Luego tuve la dicha de acudir a sus conciertos catárticos en el Palau de la Música Catalana, a principios de los años noventa, para ser subyugado definitiva e irremediablemente.

El saetazo marcó mi camino, sacudió todas las expectativas que hubiera a la zaga de un chaval más bien tocado por lápices y pinceles, recién entrado en la Facultad de Bellas Artes. La afición sesgó mis estudios, el trabajo, el amor y, con el tiempo, me bendijo con dos hijos que hoy me sacan de cualquier pozo de penas. La obra de Paco de Lucía y, desde ese inmenso pórtico, la contundente tradición musical flamenca, me han servido de inspiración y, sobre todo, de rasero y modelo en la confección de «Ritmo y compás», que no he querido alumbrar hasta acercarme, si acaso un poco, a su misma veracidad, profundidad y riqueza.

Se dice, en efecto, que la música es, entre las artes, la que nos sacude de forma más directa, con independencia de nuestra cuna, cultura y educación. Y añadiría que el Flamenco es, entre los lenguajes musicales, uno de los más poderosos en este sentido. He soñado muchas veces con poder expresar personalmente a Paco de Lucía, en alguna ocasión, mi deuda y agradecimiento. Queda el sueño entre mis papeles y dejo que sea Tomatito, con “Two much love theme”, quién diga mi pena y demuestre, una vez más, lo tantas veces demostrado: la maravillosa y dulce omnipotencia de la música.

¡Rebose el alma por los ojos!

Homenaje de Tomatito a Paco de Lucía

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